ESTADOS UNIDOS DE AMERICA
El sistema tributario de Estados Unidos es complejo, confuso, ineficiente y, según algunos, injusto. El código tributario está plagado de gastos fiscales o «exenciones fiscales», que incluyen lagunas, deducciones, exenciones, créditos y tasas preferenciales. Como esas exenciones fiscales brindan asistencia financiera a actividades y grupos específicos, muchas de ellas en realidad son muy similares a gastos gubernamentales disfrazados. Peor aún, crean distorsiones del mercado que son perjudiciales para el crecimiento económico y la productividad.
Muchos economistas creen que sería beneficioso para la economía eliminar algunas o todas esas exenciones impositivas para que el código sea más eficiente y reducir el déficit. Una reforma impositiva bien hecha promovería el crecimiento económico, haría que nuestras perspectivas fiscales fueran más sostenibles, reduciría la complejidad y la carga del cumplimiento y aumentaría la transparencia y la equidad del sistema al tratar a las personas y las empresas en circunstancias similares de manera más equitativa.
OPCIONES DE POLÍTICA
En esta página se describen una serie de ideas de políticas útiles que se han propuesto para reformar los impuestos sobre la renta de las personas físicas y de las empresas, además de propuestas para nuevos tipos de regímenes impositivos. Para obtener más información sobre cómo funciona actualmente el sistema impositivo de los EE. UU., consulte nuestra página sobre Ingresos.
Reforma del impuesto sobre la renta de las personas físicas
Una estrategia de reforma importante es eliminar la mayor parte o la totalidad de los gastos de impuestos sobre la renta y la nómina individuales. En el sistema actual, dos contribuyentes con el mismo nivel de ingresos podrían afrontar facturas impositivas muy diferentes porque uno de ellos puede aprovechar más exenciones impositivas que el otro. La Ley de Reducción de Impuestos y Empleos eliminó ciertos gastos impositivos, pero muchos de los más importantes siguen en pie. Algunos de los gastos impositivos más costosos son también los más populares y fueron diseñados para cumplir con ciertos objetivos de política, incluidos los que cubren los planes de jubilación, los beneficios de salud proporcionados por el empleador y los créditos para los padres de niños dependientes. Por esa razón, los cambios importantes en nuestro código impositivo deben implementarse gradualmente para dar tiempo a la gente a adaptarse.
La eliminación de algunos o todos los gastos fiscales individuales podría permitir una serie de otros cambios en el sistema tributario, al tiempo que produciría ingresos adicionales para mejorar nuestras perspectivas fiscales a largo plazo. También podría mejorar la eficiencia de nuestra economía y aumentar la confianza de los contribuyentes en la equidad del sistema en general.
Reforma del impuesto sobre la renta de las sociedades
La Ley de Reducción de Impuestos y Empleos no sólo redujo la tasa máxima del impuesto sobre la renta corporativa del 35% al 21%, sino que también introdujo una serie de cambios en la forma en que se administra dicho impuesto. Los gastos del impuesto corporativo subsidian implícitamente algunas actividades económicas y sectores de la economía a expensas de otros y, por lo tanto, distorsionan la toma de decisiones económicas. Por ejemplo, las empresas pagan impuestos de manera diferente según su organización (es decir, como corporaciones, corporaciones del Subcapítulo S, compañías de responsabilidad limitada, sociedades, etc.). De manera similar al código tributario individual, muchos han sugerido que un sistema ideal eliminaría algunas o todas las exenciones impositivas c orporativas, evitando así las distorsiones generadas por disposiciones especiales y, en cambio, promoviendo el crecimiento económico.
Otras propuestas de reforma fiscal
Otras propuestas crearían nuevos tipos de impuestos para reemplazar los impuestos existentes o complementarlos. Dos ejemplos destacados son:
- Impuestos al consumo: Una reforma importante reemplazaría el actual sistema de impuestos a la renta por uno que gravara el consumo. Hay muchas formas que podría adoptar un impuesto al consumo. La mayoría de las propuestas eximen los ingresos utilizados para ahorro e inversión. Para proteger a los contribuyentes de menores ingresos, algunas propuestas eximirían los ingresos utilizados para vivienda, alimentación, atención médica y otros fines definidos hasta un nivel especificado. Otras propuestas gravarían el consumo de las familias de menores ingresos a tasas reducidas.
- Impuestos al carbono: Algunos han sugerido introducir un impuesto al carbono para lograr dos objetivos: aumentar los ingresos y desincentivar el uso de energía con alto contenido de carbono, lo que en última instancia tendría efectos ambientales positivos. Un impuesto al carbono también podría permitir al gobierno reducir otros impuestos y al mismo tiempo generar ingresos adicionales para reducir el déficit.